El paisaje es el punto de partida de cualquier proyecto de arquitectura. Llegamos con ojos sinceros, abiertos a apreender del lugar, a mirar lo local con especial cuidado para crear a partir de lo existente.
El terreno donde se localiza este proyecto es una zona arbolada, en la ladera de una montaña con vistas magníficas al mar Mediterráneo. Es por eso que esta casa es una piedra más que sutilmente se desprende de la montaña, pasa desapercibida, se acopla al terreno. Creamos entonces una vivienda que nace del lugar, de la roca, y acoge en el interior la naturaleza del entorno.
Adaptándonos al terreno para evitar predominar entre lo natural. La casa abraza la montaña por la parte de atrás, para así desarrollar la entrada por la zona más baja de la pendiente. En este nivel, creamos un basamento que encierra el aparcamiento en el centro, que se convierte en un patio a partir de la siguiente planta.