La propuesta es en sí mismo un relato. Un recorrido sobre la tierra y el tiempo que se materializa en cinco momentos.

El primer momento comienza con la contemplación del paisaje y la historia de las viña. La llegada al lugar atraviesa las ruinas. Dentro de ellas se imagina un jardín, un espacio donde contar la historia de estas tierras cargadas de memoria.

Como antesala de la experiencia en la Bodega se propone un recorrido por los jardines. Árboles antiguos que brindan sombra a una gran mesa donde degustar y disfrutar una copa de vino en el aire fresco y limpio.

Llegamos a la Bodega. Un pasaje semienterrado nos adentra a la experiencia de estar en la tierra, donde se da la transformación y la magia. Piedra, luz tamizada y el olor a la tierra trabajada.

El relato concluye en el Refugio: el punto más alto de la parcela. Un fogón, una mesa central, una mirada al cielo y al paisaje nos dan la sensación de reparo y calidez para sentir el vino de invierno con todos los sentidos.

El proyecto se implanta en el terreno atendiendo a la topografìa propia del lugar, a los accesos existentes y aprovechando las mejores vistas y orientación posibles.

En la zona sur en conexión con la llegada desde los caminos existentes se implantan los pabellones productivos. Semi enterrados, acompañan la topografìa natural integrándose en el paisaje de forma casi mimética.

En la zona centro-sur, el punto de mayor altura de la parcela, se implanta el Refugio. Flanqueado por los jardines, los árboles y capturando las mejores vistas a la viña, resulta un lugar onìrico donde acabar el relato